¿Qué es un traumatismo craneoencefálico?
Es una afección producida en el tejido cerebral debido a una fuerza externa que lo provoca. Esta fuerza puede consistir en un impacto directo (golpes) o bien un movimiento de aceleración – desaceleración muy rápido (accidentes de coche) en el cráneo. Se caracteriza por una alteración de las funciones cerebrales y en la consciencia del paciente, que variarán en menor o mayor medida según la gravedad del traumatismo.
Podemos mencionar las siguientes alteraciones principales derivadas de esta lesión:
- La pérdida de consciencia, que puede variar en intensidad y en duración.
- Trastorno en el movimiento.
- Alteración de los sentidos (olfato, vista, tacto, equilibrio…).
- Alteración funciones cognitivas.
- Trastornos en la deglución.
- Trastornos en la coordinación motora, el tono muscular o la espasticidad.
- La pérdida del control de los esfínteres.
El cerebro está formado por el cráneo y las meninges que recubren el encéfalo y la medula espinal que componen el sistema nervioso central. Por ello, cualquier afectación a dicha estructura conllevará una alteración del sistema nervioso.
En cuanto a los daños producidos, en primer lugar tenemos la lesión primaria que consistirá contusión originada por el golpe o el movimiento rápido.
Y las lesiones derivadas, que pueden ser diversas y que pueden aparecer inmediatamente o con el paso de los siguientes días. Vamos a mencionar algunas de las principales:
- Hematoma subdural : Es una colección de sangre que se acumula entre la cubierta del cerebro (duramadre) y la superficie del cerebro (parénquima). Esta colección de sangre puede presionar el cerebro y provocar daños. Según la forma de aparecer distinguiremos entre el Hematoma subdural agudo y Hematoma subdural crónico:
- Hemorragia subaracnoidea : Es un sangrado en el espacio subaracnoideo (entre el cerebro y las meninges), donde se encuentra el líquido cefalorraquídeo (LCR).
- Hematoma epidural: es la acumulación de sangre localizada entre el cráneo (parte interior) y la duramadre. La duramadre es una membrana externa que recubre y protege todo el sistema nervioso central (encéfalo y médula espinal).
Podemos dividir los traumatismos craneoencefálicos según la gravedad.
- Traumatismo craneoencefálico leve – TCE: No suele producirse pérdida de conocimiento o si se produce tiene una duración corta, de unos minutos. Es la más frecuente de todas, también se le conoce como conmoción cerebral.
- Traumatismo craneoencefálico moderado: Hay pérdida de conocimiento y este es superior a 30 minutos pero no supera las 24 horas. Además el afectado padece de una amnesia postraumática, por un periodo inferior a la semana,
- Traumatismo craneoencefálico grave: Conlleva una pérdida de conocimiento superior a un día. Además se produce una amnesia post traumática superior a una semana.